Las almohadas tienen una vida útil que varía en función del material, la calidad del producto y que tan bien cuidamos de ellas. Asimismo, hay otros factores que aceleran su deterioro y nos indican cuándo hay que cambiarlas por una nueva.
Saber cuáles son estas señales, entre otras cosas, te ayudará a prevenir dolores de cabeza, sufrir alegrías o dejar de padecer despertares nocturnos. Aquí te damos 8 señales para saber cada cuánto tiempo debes cambiar almohadas.
¿Cada cuánto tiempo debes cambiar las almohadas?
Los expertos sostienen que debes cambiar tus almohadas aproximadamente cada 1- 2 años. Claro que lo puedes hacer antes si notas que la almohada ha perdido alguna de sus cualidades como: firmeza, deterioro de la funda protectora, limpieza, etc. o después, ya que hay algunas opciones como las almohadas de látex cuya vida útil es un poco más extensa.
Extender el tiempo de uso cuando ya la almohada no funciona puede ser dañino para nuestra salud. Según expertos de Sleep Foundation: “no cambiar las almohadas con regularidad puede provocar reacciones alérgicas, brotes y dolor de cuello.”
Piensa que al estar en contacto directo con nuestro rostro y menos protegidas que el colchón, son propensas a acumular ácaros, polvo, caspa, aceites, cremas o babas. Lo cual ocasiona su desgaste y en definitiva su deterioro inminente.
Si bien la durabilidad de las almohadas depende de múltiples factores, entre los que podemos mencionar el material de relleno, el tipo de almohada, el uso, higiene y limpieza.
Frecuencia de cambio de almohada según su tipo
Las almohadas pueden estar hechas de múltiples materiales para poder satisfacer todo tipo de preferencias. Hay durmientes que buscan una sensación de suavidad, otros prefieren una almohada de material transpirable y están los que tienen necesidades especiales, ejemplo, evitar todo tipo de alérgenos.
Esa es la razón por la cual la frecuencia de cambio también depende del tipo de almohada o más específicamente de la naturaleza de su material. Te contamos cuáles son las características y durabilidad de las más comunes:
Almohadas de plumas y plumón
Las almohadas de plumas o plumón son de las más elegidas por la suavidad y confort que aportan al descanso. Durabilidad, es otra característica que las acompaña, ya que suele tener una vida útil de entre 1 a 2 años si son sintéticas, y hasta 3 si son naturales.
Vale acotar que se trata de un material que tiende a comprimirse con el tiempo, lo cual podría reducir su vida útil de 6 meses a 1 año si no se le da el uso correcto.
Almohadas de espuma viscoelástica
La durabilidad en las almohadas memory foam es otro aspecto en los que este tipo de almohada que las hace superior. Si optas por ellas, tendrás un buen soporte para tu cabeza por hasta 3 años. Eso sí, te aconsejamos estar atento a la pérdida de firmeza o la formación de hendiduras como señales de desgaste para considerar su reemplazo oportuno.
Almohadas de látex
Gran durabilidad, es la mejor manera de describir las almohadas de látex. De hecho, están en el top de las más duraderas al tener una vida útil de 3 a 4 años.
Esto no es lo único que tienen para ofrecer, son reconocidas por ser menos propensas a albergar ácaros de cama, gran resistencia y ofrecer la firmeza adecuada que necesitas para conciliar el sueño fácilmente.
Almohadas de fibra sintética
Los materiales sintéticos como la fibra aportan grandes beneficios al descanso. Para empezar, las almohadas de microfibra se pueden cambiar cada 1- 2 años, ya que tienden a comprimirse con el tiempo.
Almohadas de gel
Son elegidas por su capacidad para regular la temperatura y ofrecer una sensación fresca. Respecto a su durabilidad varía, pero en términos generales, debes cambiarlas cada 2-3 años. Es s importante que prestes atención a signos de pérdida de frescura y apoyo.
8 señales de que es tiempo de cambiar tu almohada
Nuestras almohadas nos pueden dar señales que indican que es tiempo de un cambio. Como te adelantamos, además del material, el uso e incluso el ambiente donde la usamos pueden acelerar su deterioro. Aquí te presentamos los signos más evidentes de que el tiempo de vida de tu almohada ha llegado a su fin.
- Pérdida de firmeza: notas que tu almohada ya no te brinda un soporte adecuado. Dejó de sentirse mullida o se siente menos firme, es hora de considerar un cambio.
- Presencia de manchas persistentes: aunque le des un correcto mantenimiento, notas que las manchas de sudor y humedad son imposibles de eliminar, es una clara señal de deterioro.
- Aparición de malos olores: si sientes un olor desagradable en tu almohada, incluso después de lavarla, puede ser un signo de acumulación de sudor, aceites, células muertas, entre otras. Esto podría indicar que es hora de obtener una nueva almohada.
- Aparición de alergias o problemas respiratorios: cada vez que te acuestas comienzas a estornudar, presentar secreción nasal o te levantas con erupciones cutáneas, puedes estar en presencia de alérgenos como los ácaros del polvo.
- Pérdida de la forma original: si tu almohada ha perdido su forma original, presenta aplanamientos, desniveles o le aparecen bultos, dejará de proporcionar el soporte adecuado para tu cuello y cabeza, es posible que sea hora de reemplazarla.
- Cambios en la calidad del sueño: despiertas seguido con dolor de cabeza, dolor de cuello, insomnio, o presentas otros síntomas por dormir mal, posiblemente estén relacionados con el deterioro de la almohada.
- Tiempo transcurrido desde la última sustitución: ya cumplió el tiempo máximo recomendado de uso por el fabricante, hay que buscar una nueva.
- Problemas de salud por mala posición: el dolor de espalda continuó, la apnea del sueño o problemas de los huesos son situaciones en las que conviene buscar almohadas nuevas para mitigar las dolencias y favorecer el buen descanso.
Cuidados para alargar el tiempo de vida de tu almohada
El mantenimiento oportuno es la mejor manera que tienes para cuidar o alarga la vida útil de este complemento indispensable para el buen descanso. Lo mejor de todo, es que en el mercado se encuentran productos lavables y los fabricantes suelen incluir tips de limpieza de almohadas, con lo cual no tendrás mayores complicaciones para mantenerlas impecables.
Más allá de un buen lavado, hay otros cuidados infalibles que deberías sumar a la lista que te ayudarán a cuidar mejor tu almohada viscoelástica, de látex o de poliéster, esos son:
- Usar un protector de almohada. Evita que la grasa corporal y demás fluidos entren en contacto con la estructura.
- Procura no consumir alimentos o beber líquidos cerca de tu almohada.
- Ventila diariamente tu habitación para evitar la proliferación de bacterias.
- Evita doblar la almohada, hacerlo podría acelerar el deterioro de su estructura interna.
- Reemplaza tu almohada en el tiempo recomendado o cuando aparezcan alguna de las señales mencionadas anteriormente.
Para ampliar información sobre su limpieza y cuidado, revisa nuestra guía para saber cómo lavar almohadas.
Conocer el ciclo de vida de tu almohada, así como las señales de deterioro, te permitirá tener la mejor aliada para el descanso, en especial, el soporte adecuado que tu cabeza, cuello y espalda merecen. Y con el cuidado adecuado, disfrutar de un sueño de calidad dejará de ser un deseo, será una realidad.
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