Es común que cada cierto tiempo te veas en la obligación de sustituir tus almohadas por unas nuevas. Sin embargo, con los crecientes avances tecnológicos en el desarrollo de materiales y productos, han surgido distintos tipos de almohadas.
Por ello, es muy probable que se te haga complicado diferenciar una almohada de otra, según su tipo de material o según su uso. Descubre las diferencias entre los distintos tipos de almohadas que existen en el mercado.
¿Cuáles son los distintos tipos de almohadas?
Hasta hace algunos años, hablar de distintos tipos de almohadas era casi una locura. Ahora, el mercado se ha ampliado con una gran variedad de almohadas, cada una con sus ventajas y desventajas. A continuación, te explicamos las características de las más comunes:
Almohadas viscoelásticas
Los materiales viscoelásticos suelen ser muy flexibles, al punto que pueden adaptarse a la forma de tu cabeza para proporcionarte un mejor descanso. Esta propiedad, además de su calidad, ha permitido a las almohadas de memory foam ganar amplia popularidad en el mercado.
Algunas almohadas viscoelásticas también traen un relleno del mismo material para dar la sensación de estar descansando sobre almohadas de material tradicional. Tal vez, lo único negativo de estas almohadas es que se calientan con facilidad con respecto a otros tipos de almohadas.
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Almohadas con núcleo perforado de gel
Si estás interesado en dormir sobre la última tecnología en almohadas, entonces aquellas con núcleo perforado de gel son ideales para ti. Estas almohadas pueden imitar ciertas características de las almohadas viscoelásticas, con la diferencia de que tienen una capa de gel que ayuda a regular su temperatura.
Por otro lado, estas almohadas son una excelente opción en caso de que tengas dolores de espalda o problemas cervicales. Además, poseen una microfibra interna especialmente diseñada como tratamiento antiácaros.
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Almohadas de fibra
Las almohadas de fibra son los tipos de almohadas tradicionales. Están rellenas con fibra de poliéster y no siguen un estándar de calidad en cuanto a la cantidad y el tipo de fibra que contengan. En otras palabras, los hay de todos los tamaños y formas, por lo que es probable que alguna vez puedas confundir una almohada de plumas con una de fibras cortas.
Estas almohadas son muy reconocidas por su accesibilidad al bolsillo y su alto nivel de transpirabilidad. Sin embargo, tienden a ofrecer un apoyo bajo y en ocasiones debes usar dos almohadas para no perjudicar tu cuello o tu espalda.
Almohadas de látex
Las almohadas de látex proporcionan una alta resistencia y suelen sufrir menores deformaciones con el paso del tiempo. Esta característica la he llevado a convertirse en una de las almohadas más populares entre los consumidores. No obstante, que no puedan deformarse significa que no puedes darle la forma que quieras, como puedes hacer con las almohadas de fibra o las de plumas.
Al estar elaboradas en un material similar a la goma, las almohadas de látex pueden venir en presentaciones duras o blandas. También, tienden a generar un efecto de rebote en tu cabeza al cual debes acostumbrarte. No obstante, son muy duraderas, hipoalergénicas y mantienen una temperatura neutral.
Almohadas de plumas
Entre los tipos de almohadas tradicionales, encontramos también a las almohadas de plumas y las almohadas de plumón. Ambas, están rellenas con plumas de pato y ganso, con la diferencia que las almohadas de plumas son más suaves que las de plumón. Sin embargo, existen almohadas que combinan ambos tipos de plumas, encontrando un punto medio entre suavidad y firmeza.
Antiguamente, estas almohadas solían perder su relleno con bastante facilidad. Hoy en día, eso no ocurre, gracias a una capa de distintos materiales (según el modelo) que envuelve a las plumas y evita alguna “fuga”. Por lo general, suelen ser almohadas moldeables, duraderas y capaces de brindar un buen descanso.
Otros tipos de almohadas según su uso
Muchas almohadas fabricadas con materiales y rellenos que conociste en la sección anterior, están elaboradas para usos específicos. Ahora, aprenderás cómo identificar los tipos de almohadas según su uso y saber cuál de estas necesitas en tu habitación.
Las almohadas cervicales
Las almohadas cervicales están diseñadas ergonómicamente para ayudar a corregir la postura del cuello al dormir boca arriba o de lado. Suelen estar elaboradas en material viscoelástico o de memory foam, y tienen forma de “M”.
Su función es reducir la tensión y el esfuerzo de músculos, articulaciones y vértebras de la región cervical de la espalda. En otras palabras, buscan mantener la columna vertebral correctamente alineada si se duerme de costado o proporcionar un apoyo completo a la espalda en total relajación.
De los tipos de almohadas ideales, las almohadas cervicales colaboran en la prevención o en la reducción de la aparición de cefaleas o migrañas. También, son útiles al aliviar los distintos problemas de cuello que una persona pueda presentar. No obstante, si no padeces de alguna afección cervical, puedes hacer uso de estas almohadas para prevenirlas.
Almohadas para embarazadas
La comodidad para las gestantes es primordial para un buen descanso. La Dra. Larissa Hirsch, de KidsHealth from the Neumours Foundation, a medida que el feto aumenta en tamaño, puede resultar más difícil dormir o habituarse a dormir de lado. Por ello, las almohadas para embarazadas cumplen un papel muy importante.
Existen distintos tipos de almohadas para embarazadas: tubulares, de cuerpo completo o tipo cuña, por nombrar algunas. No obstante, todas cumplen una función específica: brindar comodidad a la futura madre, proporcionándole una mejor postura que le ayude a descansar el vientre y a relajar los músculos de la espalda.
Consejos para alargar la vida útil de tus almohadas
La Organización de Consumidores y Usuarios (España) brinda una serie de consejos generales para preservar la vida útil de tus almohadas por más de 5 años. Entre ellos, destacan:
- Utiliza una funda de tela para protegerlas y cámbiala cada quince días o al mismo tiempo que cambies las sábanas (no más de un mes).
- Usa las medidas de almohadas correcta para la funda, así no sobresalen y se ensucian.
- Adquiere una almohada lavable. A pesar de las fundas, las almohadas acumulan piel muerta, saliva, hebras de cabello y más, por lo que lavarlas dos veces al año es importante.
- Ventila la almohada una o dos veces a la semana. Ponla en la ventana para que reciba sol y aire. Así reducirás las probabilidades de sufrir una infestación por ácaros. La almohada Purity Carbón Activado es ideal para protegerte de toxinas.
- Dale vuelta casi siempre y, sobre todo no las dobles. De esta forma, evitarás que se deforme o que su relleno se dañe.
Te recomendamos nuestro artículo sobre cómo lavar almohadas para que sepas todo sobre su limpieza.
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