Llevamos miles de años durmiendo con almohada. Leíste bien: miles de años. Hace aproximadamente 9,000 años, en Mesopotamia (hoy Iraq), surgieron las primeras almohadas hechas de piedra… ¡¡¡Sí, de piedra!!! Su finalidad era ayudar a mantener la cabeza elevada durante las horas de sueño.
También los antiguos egipcios, hace unos 3,000 años, las utilizaban con la finalidad de mantener los insectos lejos de sus oídos, boca y nariz. En la antigua China también dormían con almohadas. Allí, eran hechas a base de cerámica, piedra o madera. Suena muy incómodo, ¿no?
Por eso, muchos años más tarde, los griegos y los romanos confeccionaron las primeras almohadas de plumas y paja.
Usar almohadas hoy parece algo bastante natural. Sin embargo, últimamente ha surgido un debate entre qué tan bueno o malo es dormir con almohada.
En este post te explicaremos todo lo que encontramos para que saques tus propias conclusiones.
Qué dice la ciencia: ¿es recomendable o no dormir con almohadas?
La respuesta corta es: sí, es recomendable dormir con almohadas. Esto de acuerdo con una investigación del Colegio de Optometría de la Universidad Estatal de Nueva York, en la que se encontró que dormir sin almohada aumenta la presión intraocular, considerada como un riesgo en pacientes con glaucoma (y también en quienes no padecen esta enfermedad).
Asimismo, dormir de lado sin almohada aumenta el riesgo de osteoartritis en el cuello. En esta posición, tus vértebras cervicales podrían curvarse demasiado y apretar las aberturas de la espina dorsal, provocando que los huesos se ejerzan fricción uno contra otro.
La fricción y la presión de mantenerse durante mucho tiempo en esta posición, provoca que los huesos se erosionen y aparezcan espuelas óseas, que a menudo se observan en las radiografías cervicales de las personas que duermen en mala posición o con almohadas poco adecuadas.
Dormir de espaldas sin almohada, también altera la curvatura natural de tu columna. Cuando estamos de pie, el cuello mantiene una cierta curva. Si duermes boca arriba, sin almohada, ésta también se distorsiona. Para simular la curva natural del cuello, los investigadores del Colegio de Medicina de la Universidad de Hallym, en Corea del Sur, encontraron que en esta posición, una almohada de 10 cm de altura es necesaria para mantener la columna saludable.
¿Por qué es recomendable usar almohadas?
En general, los estudios sugieren que dormir con una almohada mejora la calidad del sueño y se adapta mejor a la fisonomía y a la curva natural de la columna. Incluso los egipcios hace más de 3.000 años usaban almohadas.
Una almohada con el volumen ideal (adaptado según el marco de la espalda de cada persona) eleva la cabeza, alinea la columna vertebral y mejora la calidad del descanso.
Al final, usar o no una almohada es una decisión muy personal. Sin embargo, si elegimos dormir con una almohada es importante considerar el volumen que debe tener de acuerdo con nuestra fisonomía y posición preferida para dormir.
¿Qué almohada elegir según tus posiciones para dormir?
Almohada ideal si duermes de lado
Si duermes de lado es recomendable usar una almohada más alta, procura que el volumen cubra la distancia que hay entre tus hombros y tu cabeza, nunca debe quedar más alta ni más abajo. Una persona con espalda más ancha, necesitará más volumen, mientras que una persona más angosta requerirá un menor volumen.
Almohada ideal si duermes boca arriba
De hecho, dormir boca arriba es la posición más cómoda para dormir, aunque sólo 8% de la población duerme así, según datos de Sleep.org. No sólo mantiene tu piel libre de arrugas (sí, a todos nos preocupa mantenernos jóvenes y bellos); le permite a tu cabeza, cuello y columna mantener una posición libre de presión. Si duermes así, necesitarás menos volumen que si duermes de lado. Procura que tu espalda mantenga la curva natural y que tu cabeza no quede demasiado elevada. Lo único malo de esta posición es que usualmente hace que ronques más, jeje.
Almohada ideal si duermes boca abajo
Dormir boca abajo ayuda a reducir los ronquidos, no suele ser muy saludable, debido a la presión que se ejerce sobre los órganos del aparato digestivo. Sin embargo, si esta es tu posición predilecta para dormir, lo ideal es que elijas una almohada muy delgada, con la finalidad de mantener tu cabeza, cuello y espalda con la menor presión posible.
¿Qué material de almohada elegir para dormir?
Conocer el material o tipos de almohada también es muy importante al elegir la almohada correcta para dormir . Mientras que una almohada de microfibra o de plumas puede ser demasiado rígida o demasiado suave, hay materiales que se adaptan mucho mejor a la curva natural de la cabeza y el cuello.
El memory foam cumple con estas características. Sin embargo, las almohadas de bloque no se adaptan a todos los cuerpos. Para personas muy delgadas o más anchas, pueden tener los mismos efectos que las almohadas tradicionales. Además, puede ser un material caluroso.
Luuna, una empresa mexicana especializada en productos para el descanso, tiene almohadas de memory foam que puedes ajustar a tu medida, según tu fisonomía y posición preferida al dormir. Esto permite que circule mejor el aire y siempre se mantenga fresca. Además, tiene una funda superior de fibra de bambú, que hará que jamás le tengas que dar vuelta a tu almohada.
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