La obesidad está relacionada con distintas anomalías durante el quehacer diario. La mala alimentación, el sedentarismo, ciertos medicamentos e incluso los hábitos de sueño pueden repercutir en el peso corporal. Estarás normalmente acostumbrado a leer que un buen peso solo tienen que ver con llevar una buena alimentación y hacer ejercicio diariamente. Sin embargo, existen riesgos de desequilibrio hormonal que te pueden llevar a aumentar de peso sin ningún tipo de control sobre ello.
El desequilibrio hormonal consiste en el incorrecto funcionamiento de una o más hormonas. Este tipo de condiciones es capaz de influir en distintas patologías como tiroides, diabetes, acné, infertilidad e incluso obesidad.
Por otro lado, en la actualidad, existen muchos factores que influyen en la cantidad de horas de sueño que tiene cada persona. En particular, la disminución de estas horas de sueño es un factor fundamental que puede llegar a repercutir en ámbitos como apetito, hambre y gasto energético.
Enfermedades relacionadas con el insomnio
Como se mencionó anteriormente, la falta de sueño y la obesidad están muy relacionadas entre sí. Según el Dr. José Dorazco Valdez, jefe de Neurofisiología Clínica y fundador de la Clínica de Sueño (Guadalajara), “las personas que duermen poco o tienen mal sueño, tienden a subir de peso”. Datos científicos afirman que la secreción y función de algunas hormonas están directamente relacionadas con algunas fases del sueño.
Por ejemplo, la hormona somatropina tiene un pico de secreción luego de la primera media hora de sueño. La prolactina por su parte, empieza a aparecer luego de los primeros 40 minutos de sueño. En cambio, otras hormonas como el cortisol y la hormona tiroidea desaparecen al inicio de la fase de sueño.
Hormonas involucradas en la obesidad
El desajuste hormonal se debe muchas veces a las restricciones de sueño que se impone la sociedad. Particularmente, las hormonas que se ven afectadas en este proceso son la grelina y la leptina. La grelina es la hormona encargada de regular el apetito, es decir, si se descontrola puede inducir a que el apetito aumente y por ende, cause obesidad. Por su parte, la leptina es la hormona encargada producir o inhibir la sensación de hambre o satisfacción en cuanto a comida.
Al momento del sueño, la leptina es liberada en el torrente sanguíneo. Esta liberación de leptina es la que permite suprimir el apetito en el estómago de manera natural. Por otro lado, el estómago está encargado de liberar grelina en el momento que está hambriento. Esto quiere decir, que si las horas de sueño no son las adecuadas, los niveles de grelina aumentan y la hormona leptina disminuye, aumentando el riesgo de sufrir obesidad.
Cómo actúa el cerebro ante el desequilibrio hormonal
Ante este desequilibrio hormonal, el cerebro se encuentra bombardeado por señales de sensación de hambre. El resultado de los bajos niveles de leptina y altos niveles de grelina, producto de las pocas horas de sueño, son señales para el cerebro de bajos niveles de energía. Esto conduce entonces a la ingesta de cantidades elevadas de comidas ricas en carbohidratos y calorías, que al ser consumidas en exceso, dan paso a la aparición de la obesidad.
Por otro lado, al tener pocas horas de sueño se traducen en estar más horas despierto, por lo que el cerebro asimila esto como mayor tiempo disponible para recuperar energía mediante la comida. Alberto Ocampo Chavarría, coordinador Estatal del Programa de Diabetes y Riesgo Cardiovascular de la Secretaría de Salud Jalisco, asegura que los niveles de grelina aumentan mientras disminuyen los de leptina al dormir menos de seis horas. Es concluyente, entonces, que el riesgo de padecer obesidad aumenta con el insomnio.
Recomendaciones para readaptar el cerebro
Al tener un desequilibrio hormonal que produce obesidad, se hace imperativo readaptar el hábito de sueño a una mejor rutina. Para reconducir este hábito por una buena vía, primero se recomienda estipular un horario oportuno y en concordancia la hora de levantarse todos los días. Vale recordar que las horas de sueño por día recomendadas son al menos 8. Esto permite que todas las hormonas involucradas en el proceso del sueño tengan su desarrollo normal.
Otra de las recomendaciones para contrarrestar el desequilibrio hormonal producto del mal sueño, es tener actividad física durante el día. La actividad física es una de las cosas vitales para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Los beneficios de la actividad física también influyen en la hora del sueño. Esto se debe a que el cuerpo identifica una necesidad de descanso para el cuerpo y esto lo logra a través del sueño profundo y correcto.
Por otra parte, también es sumamente recomendable contar con un ambiente adecuado para el descanso. La habitación para dormir debe ser usada sólo con ese fin, no se recomienda tener televisores o computadoras dentro de una habitación para dormir ya que el cerebro puede confundir el objetivo de una recámara con el trabajo o el ocio.
Esto último también implica contar con una cama que esté diseñada para que haga más placentero y profundo el descanso durante el sueño. Por esta razón, contar con un colchón y almohada adecuada es muy importante para prevenir el desequilibrio hormonal.